lunes, julio 31, 2006

Más memeces

No tengo palabra: he vuelto a caer en un meme. El culpable: Luisru. La chorrada: 6 series de televisión de siempre y 6 actuales.

De las clásicas amplío a 10. Por orden alfabético:
- Buffy Cazavampiros, incluyendo su spin-off: Angel. El mejor cómic de superhéroes sin serlo junto a un desarrollo de personajes que se lleva de calle a los de otras series supuestamente más "serias".
- Búscate la vida. De los albores del canal plus en nuestro país. Delirante de principio a fin cada capítulo.
- Doctor en Alaska. Qué diálogos.
- Frasier, colando también la serie madre: Cheers . El 90% de las sitcoms no suele pasar de ser un contenedor de risas enlatadas, pero cuando se hace bien...
- Friends. A pesar de estar tan manida.
- Los Simpson. O al menos las primeras temporadas antes de ser estirada en agonía.
- Monty Python's Flying Circus. El sentido de la vida a través del sinsentido. Soberbia.
- Star Trek, la original. Imaginación desbordada donde los escenarios de cartón piedra no hacían más que añadirle encanto a la cosa.
- Twin Peaks. El toque gafapasta de la lista. Lo de menos era quién mató a Laura.
- Urgencias. Sus primeras temporadas también. No sé si hoy aguantaría un revisionado, pero me gustaban los personajes.

De las actuales:
- A dos metros bajo tierra. Lo sé, ya acabó, pero aún no la he terminado de ver.
- Futurama. Lo mismo de antes y además hay en marcha otra temporada.
- House, M.D. Sarcasmo y calmantes.
- Padre de familia. O si los Simpsons no hubieran perdido la gracia.
- Perdidos. Auténtica adicción. Ya no sé si es que me gusta o soy víctima.
- Veronica Mars. Detectives en instituto pijo con protagonista que cae maja.

Y el marrón se lo comen (si les apetece) los responsables de:
- Sensación de vida, por cuestión de venganza.
- Diario de una escayola, por novato.
- Manual inservible, por curiosidad.
- ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, por tocarle los huevos.
- Fluido infinito, por ver si así actualiza.

martes, julio 11, 2006

La ciudad kármica no es para mí

Mi amiga M lleva dos meses yendo a clases de yoga y habla maravillas de ello. Mi idea de tal práctica hasta entonces no era mucho mejor que la de cualquier secta, pero lo apasionado de su discurso me llama la atención. Me insta a que pruebe, que la primera clase es gratis. Cuántas drogas se ofrecen con el mismo reclamo... (o eso decía mi madre, la mayoría tuve que apoquinarlas). Total, que me animo y quedamos para el lunes. Me dice que lleve ropa cómoda, "que deje fluir la energía". Supongo que se refiere a que vaya disfrazado de "hippie", pero no pienso rebajarme tanto.
Llegado el día señalado me presento con el único pantalón corto que tengo y camiseta, que es lo más parecido a "ropa que fluye" que tengo. Por lo visto no es apropiada, pero no hay tiempo para cambiarse. El local es más o menos como lo imaginaba: austero, enmoquetado, con algún detalle hindú por aquí y allá, y el dinero que se ahorraron en decoración empleado en incienso. Mi amiga me presenta a la monitora, una cuarentona cuya excelente forma física la hace aparentar treinta. Transmite serenidad, paz interior, seguridad y mas atributos malrrolleros. Da el perfil de líder de secta. Conozco también al resto de la clase. La mayoría de ellos son separados/divorciados, consumidores de ansiolíticos, o ambas cosas. Se ve que el elemento común de los presentes (aparte de que todos llevan ropa que fluye) es estar puteado o enganchado a drogas. Así que, de momento, parece que encajo.La clase comienza. Logro seguir las instrucciones de la monitora a pesar de la jerga. Al parecer aquí se sigue la escuela kundalinî. Alguna lectura previa me ayuda a no confundir el término con una salsa para kebab. Dice que uno de los propósitos de todo esto es conectar con nuestro interior, pero hace demasiado que no conecto con nada que no lleve USB. Otro de los objetivos es llegar a la mente en blanco, y yo tengo horror vacui mental. A ver qué pasa...
La clase se divide en dos bloques. El primero consiste en adquirir posturas (dígase asanas para parecer más cool), que vistas desde fuera parecen muy elegantes y relajantes, pero adoptarlas uno mismo (y sobre todo mantenerlas) resulta agotador. Sudo a chorros, y veo que no soy el único. Empiezo a entender lo de la ropa que fluye y el abuso del incienso. La mayoría de las asanas requieren un equilibrio endiablado, sobre todo las que se adoptan apoyándose en un solo pie. La profesora pide concentración, pero resulta difícil concentrarse en algo que no sea ostiarse contra el suelo (dígase yogatami). También pide cosas como respirar con el estómago, con las caderas y algunas otras partes. Ninguna de ellas los pulmones, curiosamente. Bueno, yo pensé con el culo cuando decidí venir, así que el intercambio de órganos y funciones será normal aquí. Para amenizar todo esto, la profesora va explicando la función de cada ejercicio, que chakras se abren, etc... Ésa es la parte a la que temía y por la que tengo una enorme curiosidad a la vez. No me creo nada del misticismo con el que envuelven esta práctica, pero me resulta terriblemente entretenido. Lástima no poder exteriorizar la diversión. Hay que poner cara de póker continuamente. Esto también me sirve para enfrentarme a mis temores. He tenido pesadillas imaginándome en situaciones como ésta, en las que hago yoga escuchando a Enya mientras alguien me cuenta como El alquimista de Coelho le cambió la vida. Todo muy new age. Escalofríos de pensarlo.
En el segundo bloque llega la relajación propiamente dicha, que mola mucho más porque se hace sentado y tumbado (posturas con las que tengo mucha mas práctica). Más o menos le voy pillando el rollo. La líder tiene una voz relajante, pero de cuando en cuando desvaría místicamente y nos pide que hablemos con las partes de nuestro cuerpo una por una y les demos las gracias. El pene es el el gran olvidado en su enumeración. Una de los ejercicios consiste en visualizar libremente una situación tomando como punto de partida un arcoiris. Como en una redacción del colegio. Yo me pongo a fantasear con la Winona precleptomanía, pero enseguida cambio de tema, que la "ropa que fluye" no ayuda a disimular las reacciones fisiológicas que provoca. Después del Ohmmmmm llega la parte tumbada, que es de lejos la mejor. Me relajo a lo bestia, aunque creo que el agotamiento del bloque anterior tiene mucho que ver.
Terminada la clase todos los participantes se deshacen en elogios hacia la líder, como parece que es habitual, mientras ella suelta consejos sobre como limpiar el hogar de energías negativas. Yo me lo he pasado bien, pero me temo que no de la forma que se espera. Uno ya quería sentirse como en aquel vídeo, pero en la primera toma de contacto es imposible. Soy un Paco Martínez Soria en estas lides, lo reconozco. Además, el nirvana debe de ser una cosa aburridísima si no hablamos del grunge. Aún así, cuando la líder nos pidió que buscáramos la paz interior en casa, lo hice.